Como septiembre es un mes de nuevos comienzos, en este post hemos decidido contarte cómo implementar hábitos sostenibles este nuevo curso.
Pero no lo hacemos solas. De hecho, contamos con una invitada de excepción.
María Negro es comunicadora de sostenibilidad, consultora en comunicación y escritora del libro “Cambia el mundo”, que recoge su método de 10 pasos para tener una vida más sostenible y consciente.
En esta entrevista nos cuenta cómo puedes hacer más sostenible la vuelta a las aulas y al trabajo en septiembre.
¿Qué es para ti una vida más sostenible y consciente?
Es una herramienta de autoconocimiento, que te hace conectar con lo que es importante para ti, con tus valores esenciales.
Para mí la sostenibilidad ha sido un viaje introspectivo revelador que me ha hecho hacerme muchas preguntas y buscar mis propias respuestas: cómo quiero que sea mi vida, mi ideal de éxito… Cosas que me han llevado a hacer muchas decisiones.
En el libro también lo planteo así: doy ejercicios, preguntas y herramientas para que cada persona encuentre sus propias respuestas y conecte con esos hábitos más conscientes y sostenibles.
¿Por dónde debería empezar alguien a implementar hábitos más sostenibles?
Si para ti es importante la alimentación, empieza por ahí. O si es el consumo, empieza por ahí. Empieza por ese hábito que, o te cuesta más o es más importante para ti.
Obviamente, ¿qué dicen los científicos y expertos en medioambiente? Pues que hay tres temas clave:
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Residuos: la basura, el desperdicio de alimentos, el plástico…
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Consumo: simplificar nuestra vida y reducir nuestras necesidades.
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Alimentación: reducir nuestro consumo de proteína animal es un gran paso hacia minimizar nuestro impacto ambiental.
Y al final todas las personas que hemos empezado en este camino hemos revisado estas esferas.
Ahora que llega el momento de volver a las aulas: ¿qué trucos recomiendas para una vuelta al cole más respetuosa con el medio ambiente?
No soy madre pero la principal es la R de “reutilizar”. Parece que nos meten por los ojos lo nuevo: la mochila nueva, los libros nuevos, el estuche nuevo.
Así que yo creo que lo mejor es alargar la vida de lo que tengas: sean uniformes, mochila, estuches…
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Además hay muy buenas plataformas de segunda mano como relibrea, bolsabooks, percentil, wallapop… Incluso los propios colegios o las AMPAS veces crean iniciativas para compartir libros.
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Otra opción (la vi en un vídeo de Mixi Pacheco) es hacer que los niños intercambien mochilas o estuches, como en una swapping party. Lo cambian con sus compañeros y tienen la sensación de que lo que llevan es nuevo.
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Y a la hora de los utensilios, es mejor llevar una botella reutilizable, la funda del bocadillo, las bolsas de tela…
¿Y en cuanto al profesorado?, ¿hay algún consejo que puedan seguir para que el trabajo en clase sea más sostenible?
Muchas veces son los propios profesores los que proponen mejoras e incluso hablan con la dirección para cambiar medidas, como usar reutilizables. También muchas veces son los primeros que en el aula enseñan alternativas a los niños.
Pero lo más importante sería que la sostenibilidad fuera algo transversal que estuviera presente en todas las asignaturas: que en filosofía se planteara el activismo, en ciencias hablar de crisis medioambiental y sus consecuencias…
En esta época no solo volvemos a las aulas, sino también a la oficina. Y, en muchas ocasiones, eso supone retornar a rutinas poco sostenibles: ¿cómo podemos evitarlo?
En las oficinas depende de la propia empresa. Pero a nivel de empleado lo principal es pensar: si en tu casa no dejas el equipo encendido o la ventana abierta si está el aire acondicionado, ¿por qué lo haces en la oficina?
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Además, se podrían limitar los viajes de trabajo y las reuniones (aunque con la COVID y el teletrabajo esto ha cambiado un poco).
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También evitar desechables y residuos innecesarios: recuerdo el caso de una chica que me escribió después de leer el libro, que habló con su jefe y eliminaron los vasos desechables de la máquina de café. Y al final ahí empieza todo. En esa oficina eran 200 empleados, así que imagínate la de vasos desechables que se han podido eliminar.
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Y el tema de cómo vas a trabajar: incluso hay oficinas en las que incentivan que vayas a trabajar andando o en bicicleta.
Si algo nos ha demostrado la vida sin plástico es que lo más difícil no es implementar hábitos, sino hacer que perduren en el tiempo. ¿Tienes algún consejo para que las buenas intenciones no decaigan con el día a día?
A mí algo que me sirve, de hecho en el libro lo digo en la introducción, es que nos olvidemos de la autoexigencia y el perfeccionismo. Porque la misma palabra sostenibilidad tiene un peso: parece que nos están mirando con una cámara y va a salir una alarma si haces algo mal.
Y socialmente también pasa que la gente de tu alrededor te mira con lupa: “es que tienes un móvil”. ¡Pues claro!
Al final este es un camino en el que no paras de aprender. Es lo mismo que quien quiere vivir una vida saludable y apuntarse al gimnasio y comer frutas, vegetales y cereales de la noche a la mañana. Es imposible.
Así que mi truco es empezar por un solo hábito: si estoy intentando reducir el consumo de carne, pues no lo voy a hacer a la vez quiero ser zero waste… Hábito por hábito y cuando tenga integrado uno pasaré al otro.
¿Qué les dirías a esas personas que han decidido que este septiembre es el momento de vivir de manera más sostenible pero se encuentran sobrepasadas por la idea?
Yo les diría que bravo por empezar. Querer hacerlo es un gran paso. Porque hay mucha gente que piensa que la sostenibilidad es de hippies, que es caro, que te va a quitar cosas que te gustan en la vida…
Y la verdad es que es mucho lo que ganas. Te hace vivir una vida más feliz, con más sentido, simplificar, darte cuenta que necesitas menos cosas… así que invitaría a las personas a tener presente esto.
Y también que sientan que lo que hacemos cuenta. Por eso mi libro se llama “Cambia el mundo”. Porque puedes cambiar tu mundo centrándote en lo que tú puedes hacer. Y esa es una idea motivadora y empoderadora.
Muchas gracias, María. Esperamos que a partir de este mes, muchas más personas se animen a cambiar sus hábitos y, con ello, también su mundo.